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martes, 27 de diciembre de 2011

SEGOBRIGA

El nombre de la ciudad:

Sego-briga, deriva de dos términos de origen celtibérico: sego-, que significaría victoria (presente en otras ciudades, como Segovia, Segeda y Segontia), y el sufijo -briga, que significaría ciudad, fortaleza; por lo que su interpretación podría ser “ciudad victoriosa”.
Referencias sobre Segobriga:
-Los textos clásicos:
Frontino es el autor que hace referencia a un momento más antiguo de esta ciudad, cuando narra los ataques del lusitano Viriato contra Segobriga por su alianza con los romanos, en el año 146 a.C. A un momento posterior corresponde la cita de Estrabón que la sitúa en la Celtiberia, refiriéndose que en el entorno de Bilbilis y Segobriga combatieron Metelo y Sertorio.
Por otro lado Plinio, al referirse a la Celtiberia, alude a Segobriga como “caput Celtiberiae”, pero en un momento ya de la ciuadad romana, pues indica que era estipendiaria del Convento Caesaraugustano.
Este autor también menciona la explotación de lapis specularis, una variedad de yeso traslúcido muy apreciado para la fabricación de cristal de ventanas y que sería durante mucho tiempo parte importante de la economía de Segóbriga. Plinio asegura que “la más traslúcida de esta piedra se obtiene en la Hispania Citerior, cerca de la ciudad de Segóbriga y se extrae de pozos profundos”. Una de estas minas se puede ver en la cercana Villa de Carrascosa del Campo.
-La numismática:
Se conocen monedas con la leyenda Sekobirikes, de plata (denario) y de bronce (ases y semis), con busto masculino en el anverso y jinete lancero, en el reverso, acuñadas en el último tercio del siglo II a. C., que se han relacionado con esta ciudad.
También, la ciudad romana emitirá monedas de bronce (ases) con leyenda latina: “Municipium SEGOBRIGA”, enel siglo I a. C., continuando sus acuñaciones hasta el emperador Calígula.
-Tesera de hospitalidad:
Se conoce una tessera hospitalis, decubierta en la zona de Segobriga en el siglo XIX, con forma de cabeza de toro, que tiene dos líneas en texto celtibérico en las que se repite el nombre Sekobirikea, lo que viene a documentar que el nombre de la ciudad está presente en esta zona.
Problemas para situar la Segobriga celtibérica en el cerro de Cabeza del Griego:
Inicialmente, se ubicó Segobriga en Segorbe, por el criterio eclesial de mantener las divisiones eclesiásticas, pero A. Schulten y Bosch Gimpera, la situaron de forma correcta, a principios de s. XX, en el cerro de Cabeza del Griego, en Saelices (Cuenca), donde se ubica la Segobriga romana.
Pero, para distintos autores, las citas de Frontino y Estrabón, sobre la ciudad de época celtibérica, no parecían corresponder con la de Cuenca, a lo que se une la falta de restos arqueológicos en el cerro de Cabeza del Griego, ya que los más antiguos son de mediados del s. I a. C.
A esto hay que añadir, que el estudio, realizado por M.P. García y Bellido, sobre la circulación de las monedas celtibéricas, con el nombre de Sekobirikes, muestra que estas están mejor representadas en la zona del Alto Duero, siendo escasas en el marco conquense y casi ausentes en Segobriga, lo que ha llevado a situar la Segobriga celtibérica por aquellos pagos y proponer que la del Cabezo del Griego correspondería ya a una fundación imperial romana, realizada con celtíberos de aquella zona, a mediados del siglo I a. C.
Por otro lado, el dato aportado por la tésera de hospitalidad con el nombre de Sekobirikea, indica la existencia de este nombre celtibérico en la zona conquense, por lo que se deduce que al menos había dos Segobrigas celtibéricas, una en la zona del Duero, que acuño moneda, y otra en la zona de Cuenca, que no acuñaría moneda y que al parecer no estaría en Cabeza del Griego, donde está la romana.
¿Donde se situaría la ciudad celtibérica?
Se ha centrado la atención sobre el yacimiento concido como Fosos de Bayona (Villas Viejas) próximo, a siete kilómetros del emplazamiento de Segobriga, que se trataría de  una ciudad prerromana de 33ha de extensión.
Los estudios realizados en este lugar muestran una población indígena en altura, con fáciles defensas naturales, y con una sólida muralla, de dimensiones apreciables. Este asentamiento se fecha a partir del siglo III a.C., y, como apuntan los restos arqueológicos, desaparecería probablemente con la Guerras Sertorianas (80-72 a. C.), poco antes del desarrollo de la Segobriga romana lo que parece reflejar una relación de continuidad entre estas dos ciudades.
-Los que han excavado este yacimiento, basándose en el mayor número de monedas halladas de Contrebia Carbica y en la similitud de los tipos de éstas con las de Segobriga, entienden que ello sería indicio de proximidad entre ambas ciudades, defiendiendo la identificación de Fosos de Bayona con esta Contrebia.
-Otros autores mantienen que se trata de la Segobriga celtibérica, apoyándose en  la inscripcipcion de Sekobirikea, que sugiere la existencia en la zona de una comunidad indígena con ese mismo nombre, lo que estaría acorde además con la política romana de desplazar las ciudades indígenas a nuevos asentamientos próximos, manteniendo la centralización que ejercían sobre el territorio.

sábado, 17 de diciembre de 2011

CONTREBIA CARBICA

De las tres Contrebia conocidas, es la nuestra Contrebia Cárbica con una necrópolis del s. IV al I a. C.. Situada a unos siete kilómetros de Segóbriga, junto a la carretera de El Hito, en el paraje denominado Fosos de Bayona, (Villas Viejas) se alzaba el oppidum prerromano sobre una plataforma caliza de unas 45 hectáreas, en la margen izquierda del Gigüela.
Estaba considerada como el límite de la Carpetania, y disponía de un sistema defensivo propio. En 181 a. C. Tito Livio habla de ella como ciudad fortificada frente al cerco del pretor Fulvio Flacco. Este oppidum ha sido identificado por referencias de las fuentes numismáticas como la ciudad de Contrebia Carbica.
Contrebia Carbica puede traducirse como la Contrebia de los Carpetanos.
Contrebia quiere decir "conjunto de casas", equivalente al castellano "Villa...nose qué", palabra que parece tener su origen en las lenguas indoeuropeas correspondientes a la civilización de los Campos de Urnas (muy extendidos entre el Alto Guadiana y el Tajo), es decir bastante antigua.
 El origen étnico de los carpetanos y olcades parece claramente indoeuropeo, aunque de los pueblos del centro, debió ser uno de los más influidos por la floreciente cultura ibérica. No olvidemos la horizontalidad de su territorio y lo fácilmente transitable del mismo.
La misma horizontalidad le llevó a habitar los cerros más altos, y a excavar cuevas, como en La Guardia (Toledo), Taracena (Guadalajara), Perales (Madrid), Huete o Tarancón (Cuenca).
No está claro si Contrebia Cárbica pertenecía a los carpetana  o si realmente pertenecían a los Olcades ya que las fuentes clásicas  no nos lo acaban de esclarecer.
 Hay otros autores que nos dicen que pertenecía a la tribu de los lusones, pero tanto como si pertenecía a los olcades, a los carpetanos  o los lusones, vamos a considerarla como pueblo perteneciente a los Olcades.
Entendiendo que fueran de una etnia u otra, sabemos que era una ciudad fronteriza que adaptó las costumbres ibéricas; es decir, de origen celta, consiguió acogerse a la civilización ibérica, de aquí, que algunos autores la llamaran tierra de celtíberos. 
Este proceso de amurallamiento de los habitats situados en cerros amesetados o laderas junto a cauces de agua fue común en los pueblos de la Meseta, coincidiendo con la llegada de cartagineses y romanos.

De la importancia de la ciudad prerromana nos da idea la constatación de que entre 173- 172 a. C. acuñaba moneda.
La fundación en tiempos de Augusto de la cercana Segóbriga supone la paulatina decadencia de Contrebia. Con las guerras sertorianas coincide su declive definitivo y su final.
Las últimas citas históricas coinciden con la toma de Caracca (Tarancón) por Sertorio y el cerco y toma de la propia Contrebia en el 77 a. C. Dos años más tarde, 72 a. C., el lugarteniente de Sertorio, Hirtuleyo, se enfrenta a Metelo y es derrotado y muerto por
éste en un paraje situado entre Montalbo y Saelices. La toma posterior de Segóbriga completa la derrota de los sertorianos.
El hallazgo casual de un conjunto da matrices de bronce fundido, posiblemente relacionadas con la fabricación da joyas y vajilla de lujo, en el oppidum de Contrebia Carbica, localizado en el territorio suroriental del ámbito céltico peninsular, permite sugerir la existencia en el mismo de un taller de orfebre. Se analizan igualmente las escasas evidencias conocidas de este tipo de objetos, cuyos mejores paralelos se encuentran en la "tumba del orfebre" de la necrópolis ibérica da Cabezo Lucero (Alicante). Finalmente, se revisa la escasa información que se posee acerca de los talleres de orfebre en el contexto europeo da la Edad del Hierro.
La estructura socioeconómica y la mentalidad de estas gentes se puede caracterizar, por poseerun patrón de asentamiento   jerarquizado, marcado por la interdepencia económica entre ciudades, aldeas y castillos. Su urbanismo interior aún no respondería a una planificación consciente, pero se habría dotado de sistemas de fortificación defensivos. Ello conduce a pensar que tendrían lugar situaciones de confrontación armada con relativa frecuencia. Se trataría de comunidades uniformes entre sí en cuanto a la estructura social y las costumbres y modos de vida cotidianos, pero con identidades políticoterritoriales diferenciadas.
Partiendo de una base económica agropecuaria de explotación intensiva, llegaron a desarrollar un alto grado de especialización artesanal (producían cerámica de muy diversos tipos, textiles, ofebrería, armamento de hierro…). Se organizaban internamente de forma jerárquica con un modelo de los denominados “jefaturas complejas” controlado por un estamento nobiliar de carácter guerrero. Hacia el s. I a. C. asumen la escritura ibérica con adaptaciones al sistema fónico celtíbero, apareciendo los primeros textos en esta lengua en las terseras de hospitalidad  halladas en algunos yacimientos. En cuanto al mundo de las creencias parece que otorgaban existencia al “más allá”, a la inmortalidad del espíritu y que desarrollaron una religión organizada en torno a un panteón divino de carácter astral. Los ritos funerarios más frecuentes eran la exposición del cadáver a los buitres y la incineración simple (sin preparación posterior de los restos como el caso íbero). A éstos se asociaban las libaciones,  sacrificios de animales, ofrendas y la deposición de ajuar. Es bastante probable que se realizaran banquetes funerarios como el rito ibérico y juegos en honor del difunto, en el caso de pertenecer éste a la elite guerrera.
Destaca la abundante presencia de cerámicas pintadas con decoración geométrica, así como estampilladas y producciones en cerámica gris, junto a paredes finas y cerámicas campanienses de tipo A y B fechadas desde inicios del siglo II hasta el I a.C. (Gras et alii, 1984, 52s.; Mena, 1988, 32), situándose   primeras emisiones montéales de la ciudad, posiblemente, a comienzos de la segunda mitad del siglo II a.C. (Abascal y Ripollès, 2000, 32). El final
de la ciudad se ha vinculado con las Guerras Sertorianas, lo que parece confirmarse a partir de los materiales cerámicos y numismáticos, aunque para la última emisión monetal se haya propuesto una fecha de mediados del siglo I a.C.
El yacimiento fue objeto de diversas campañas de excavación en las décadas de los años setenta y ochenta del siglo XX, de las que únicamente se conoce algún avance (Gras et alii, 1984; Mena et alii, 1988). Por su parte, el Museo de Cuenca alberga un interesante conjunto de materiales, en su mayoría bronces, pro cedentes de donaciones de hallazgos casuales, realizadas por particulares. Entre tales objetos destaca el conjunto de posibles bronce, que vendrían a confirmar la existencia de un taller de orfebre en el oppidum.
El conjunto comprende un total de diez matrices de bronce realizadas a molde y dos fragmentos de plata, que cabe interpretar como piezas de desecho. Dos de las matrices son conocidas solamente por fotografías, estando actualmente en paradero desconocido.
La mayoría de las piezas presentan re lie ves fi gurados en el anverso, que reproducen cabezas antropomorfas (tres) o zoomorfas (seis), y reversos planos.
En cuanto a las matrices de bronce halladas se han encontrado tanto cabezas masculinas   como cabezas femeninas. Aparecen también representaciones con cabeza de león y otras figuras  zoomorfas, al igual que bronces con cabeza de felino. Todos estos bronces nos dan la idea que allí había un taller de orfebre. Se han encontrado también fragmentos de torques  y algún material de deshecho de plata.
 La riqueza de la Península Ibérica en oro y plata permitió desarrollar desde muy pronto una rica orfebrería, que, en la Edad del Hierro, surge como especialidad independiente de otras actividades metalúrgicas. Es en el período orientalizante (siglos VII-VI a.C.) cuando se introducen una serie de innovaciones técnicas: las grandes piezas macizas desaparecen, sustituyéndose por otras laminares, huecas o rellenas, bellamente decoradas con  finísimos hilos de oro trenzados o con granulados, que forman motivos diversos, trabajados mediante embutido, troquelado y repujado; así mismo, se introducen nuevos tipos de joyas como las diademas de placas articuladas, a nuevas formas se añaden nuevas decoraciones, documentándose la presencia de motivos figurados, utilizando tanto diversos temas vegetales -palmetas, rosetas, roleos u ovas- como humanos o animales, destacando en este punto las placas decoradas con granulado y  filigrana envolviendo máscaras humanas y cabezas de felino del tesoro de Segura de León, cuyo origen se encuentra en la iconografía oriental y griega, evidenciándose un nuevo gusto estético en la sociedad que usaba estas joyas.
En este yacimiento se puede observar claramente el carácter orientalizante de los diferentes hallazgos. Al final de la Cultura Ibérica (siglos II-I a.C.) se observa una preferencia por la plata, tanto para la vajilla como para las joyas.
Por el contrario, en el mundo celtibérico, la orfebrería se manifiesta como un fenómeno tardío, siendo excepcional el hallazgo de joyas de oro y plata durante las primeras etapas de la Cultura Celtibérica.
Aparecen algunos ejemplares de fíbulas con esquema de La Tène decorados con representaciones zoomorfas brazaletes de carácter orientalizante..
Las representaciones de animales constituyen el con junto más abundante entre los hallazgos de Contrebia Carbica, habiéndose identificado cinco pertenecientes a felinos, en concreto leones, y una de carnicero. Nuestros ejemplares re pre sen tan, pues, dos especies frecuentemente el león y el lobo.
 Las representaciones de león se documentan en la Península des de el Período Orientalizante. El león tenía un significado ligado a la expresión del valor, siendo frecuente su utilización como guardián de tumbas, templos o ciudades, lugares en los que se resalta su figura apotropaica como protector contra el peligro externo; este sentido se ampliará en época helenística, apareciendo el león, que personifica la muerte, doblegando entre sus garras a su víctima, el hombre, que no es sino un ser débil a manos de una fuerza devoradora
Estas piezas debieron fabricarse durante un amplio período cronológico, entre los siglos VI-II a.C. con un significado concreto que sería asimilada por el indígena.
  Aparece una Cabeza de carnicero. El lobo era en la Antigüedad el modelo mítico de guerrero, por su fuerza, astucia y ferocidad en el ataque y por su capacidad de actuar en grupo siguiendo a su jefe, hecho que es fácilmente asociado a cofradías guerreras y ritos iniciáticos; de esta forma, el lobo, en el arte prerromano debe re la cio nar se con la mitología indoeuropea, tratándose de un animal del Más Allá. Simboliza la divinidad infernal y guerrera y la idea de invisibilidad, de furor y muerte para el enemigo, así como al dux heroizado y al jefe de la iuventus, ideologías asociadas a mitos indoeuropeos y célticos.
Se encontró una pieza que se puede interpretar como una matriz para la decoración de vajilla metálica fina. Esta pieza, de tendencia circular, podría haber servido para la decoración del borde, mediante filas de triángulos troquelados, de ciertos vasos argénteos, tesoros que integrarían lo que se ha denominado como orfebrería celtibérica meridional.
Se producirían también vasos argénteos para el servicio de mesa, con decoración troquelada geométrica, frecuentemente con triángulos rellenos de puntos.
La existencia de talleres de orfebre en el interior de oppida, como sería el caso de Contrebia Carbica, debió ser un fenómeno habitual, aunque, al menos en el ámbito peninsular.

martes, 6 de diciembre de 2011

LAS AVES EN LA VIDA MATERIAL IBERICA

Entre los íberos los diferentes grupos de aves se ubican dentro de determinados aspectos relacionados con origen de la humanidad, organización social y política, poder y territorio o ciclos agrícolas y economía en general. No cabe hacer paralelos directos entre la ubicación de cada ave entre los íberos y las representaciones prerromanas.

Los seres humanos han sentido siempre fascinación por las grandes aves, por su comportamiento, por la capacidad que tienen algunas de imitar sonidos, por su organización, la agudeza de su visión, pero sobre todo, por la majestuosidad de su vuelo.
Las figuras en forma de ave debieron representar códigos similares para todas aquellas sociedades que las usaron. Con el paso del tiempo cada grupo humano le imprimió un carácter particular a las representaciones de esta imagen.
Acerca de las representaciones ornitológicas de las águilas, es muy notorio que a pesar de la enorme variedad de especies que aún hoy día subsisten, sólo unas pocas fueron representadas en el material cultural de la región ibérica.
Desde épocas primitivas, las aves han maravillado al hombre. Su mágico vuelo, colorido plumaje y melodiosos cantos, han inspirado mitos inmortales y universales, creados por civilizaciones de todos los rincones del mundo. Gracias al vuelo, las aves han simbolizado las relaciones entre el cielo y la tierra, entre Dios y el Hombre, siendo consideradas como deidades con capacidades curativas. Además, simbolizan los estados espirituales, los ángeles y los estados superiores del ser; y su canto es considerado como el lenguaje de los dioses.
Los Etruscos, pueblo prelatino famoso por sus excelentes curadores, utilizaba con profusión las plantas y los pájaros, pues veía en estas criaturas el porvenir y apelaban a su influencia con los dioses. Las aves, como los peces y las serpientes y quizá como todos los seres y especialmente el alma humana, son entes bipolares.
Lo primero que llama la atención del ave es su forma de caminar, con el culo parado. Ponen huevos. Por ello desde la prehistoria se representa a la Madre como un Ave. Pero el cuello y la cabeza del ave son decididamente masculinos, fálicos, con un pico duro. De modo que por un lado son femeninas, por el otro masculinos, pueden entonces representar a la pareja gestadora Padre-Madre.
 Teniendo en cuenta todo lo mencionado, podríamos decir a grandes rasgos, que para los fenicios el ave madre o el ave principal era el avestruz, siendo así, por la cantidad de huevos de avestruz encontrados en las diferentes necrópolis de la Contestanía (La Fonteta en Guardamar y Les Casetes en Villajoyosa) y de toda la Península tal como lo demuestran los diferente hallazgos en los distintos yacimientos fenicios o de procedencia fenicia  encontrados con carácter orientalizante.
El cisne de Leda es claramente masculino, con su cuello serpentino que indica el ritmo pitónico.
En cambio el ave de la Diosa, el Avestruz, como los gorriones, son femeninas. Indudablemente los gorriones poseen una gran magia erótica, basta verlos copular incansablemente. Por ello son plato afrodisíaco. También las oinas, palomas de pecho rojo como el vino.
Los gallos son decididamente masculinos, tanto por su impulso amatorio, como por su impulso de matar. Un gallo es como un vistoso soldado listo para la guerra. En todas las aves la vistosidad y el canto pertenecen al macho y están orientados a la procreación y a la muerte.
La gallina es decididamente femenina por su capacidad de transformación, trasforma los huevos en pollitos y estos en aves adultas.
El ave de 2 cabezas (águila, buitre, gallo) se asocia a la idea de magestad, de dominio. Ya los caldeos, los hititas, la asociaban con la magestad, con el dios Iano que domina desde la Montaña de 2 vertientes, la montaña de los antepasados.



Las excavaciones que se han practicado en la Contestanía y en otros lugares de la Península nos ofrecen constantemente nuevas facetas de la cultura ibérica.
Cuando vemos una pieza de cerámica dibujada nos sugiere la idea de algún simbolismo, que en este caso serían las aves de algunos de los vasos de la Contestania o alguno que otro encontrados en diversos lugares de la geografía ibérica.
En varios yacimientos de dicho territorio aparecen vasos con decoración pintada del estilo figurativo Elche archena, donde se ven claramente dibujados estos animales.
También son dignos de hacer mención a  todas las aves pintadas en los vasos de Azaila, en los que aparecen en gran número, en cada uno de ellos.
Se trata de vasos representantes del periodo Peno ibérico o clásico correspondientes  al siglo IV y III a C.
Cabe destacar la importancia que tuvieron en época prerromana los calathos ibéricos pintados con decoración figurada, los cuales vamos a ver aquí en estas líneas.
  En cuanto a la cerámica pintada plasmada en  los vasos de Azaila, podemos ver, que hay varias clases de pájaros o aves representadas , tanto que se puede decir que quizá sean palomas o tórtolas, o tal vez sean grullas, según dichos hallazgos y el estilismo en que se producen.
Entre las aves se identifican búhos, buitres, gallos y palomas. Y dentro de este repertorio animal se incluyen también las serpientes. Los elementos decorativos propios de la cerámica ibérica de Azaila tuvieron una importante difusión en el conjunto del territorio dominado por la ciudad, como indican los materiales cerámicos de otros yacimientos próximos.
Son cerámicas hechas a torno, de pastas claras, decoradas con pintura de color rojo vinoso.
 En estos calathos de Azaila ya no aparecen grandes aves aladas, si no que aparecen aves de menor tamaño y esparcidas por toda la superficie del vaso.
La grulla se considera un buen augurio, mensajera del bien y portadora del amor materno y de la felicidad También proporciona poder, longevidad e inmortalidad, y simboliza la iluminación espiritual En algunas partes de Africa y Norteamérica, la grulla también se asocia con la sabiduría.
 En el calathos del arado de Alcorisa (Teruel) observamos diferentes clases de aves, quizá sea porque pudieran tener algún corral con muchas clases de pájaros ya fueran  de la familia de las gallináceas o palomas  o quizá los pintasen como una actividad cotidiana, es decir, plasmaban las actividades agrícolas diarias, en las que van arando y cosechando y las aves se van comiendo todos los residuos que les sobrasen, después de labrar los campos.
  En este vaso se pueden observar algunas aves de pico encorvado, que pueden corresponder perfectamente a aves de rapiña como puedan ser los cuervos, de los que posteriormente hablaremos. Es posible que en este vaso también quieran representar  tórtolas o palomas.
 He aquí un detalle de uno de los vasos de Azaila en el que podemos observar varias clases de aves, así, se  ve un pájaro con el pico encorvado que puede corresponder perfectamente a un cuervo o cualquier otra ave de rapiña, otro pájaro con el pico normal que pudiera ser una paloma o una tórtola y por fin vemos otra ave que se puede apreciar perfectamente que se trata de un buho. Debido a la gran cantidad de animales representados en estos vasos, se podría decir que estaban rodeados de una numerosa fauna, la cual la tendrían en libertad  o en cautiverio

El vaso celtibérico de Uxama es de cerámica y fue realizado a torno. Está decorado con un friso corrido, pintado sobre el engobe color crema que recubre la superficie. En el friso se representan, en color marrón, tres aves separadas por tres cajas cúbicas con representaciones de cabezas humanas en relieve y remates en forma de ala. Es un recipiente funerario del siglo I a.C.

Hay que considerar en la cerámica ibérica, las  aves pintadas de los vasos del Estilo Elche Archena así nos encontramos  varios  calathos en los distintos poblados  de la Contestanía con la representación principal es un ave alada, como lo demuestran un  calathos de Villajoyosa, otro de Archena,  una tinaja de la Alcudia  de Elche, al igual que un fragmento del Tossal de la Cala en Finestrat. En Badalona ( Barcelona) aparece también un fragmento de cerámica ibérica pintada con el ave alada.
Un vaso de similares características es el que nos aparece en la necrópolis orientalizante  del Corral de Saus en Mogente, el cual parece que estuviera hecho en serie respecto a los demás kalathos. Se trata de un vaso típico ibérico con un ave  pintada y con las alas abiertas o desplegadas.
Se trata de una estilización más o menos barroca de las pinturas de estos vasos correspondientes a los siglos IV y III a C como hemos indicado anteriormente.
Algunos autores llaman a este estilo compuesto por motivos florales y por motivos zoomorfos, el estilo simbólico.
Es de destacar el alto valor de los motivos vegetales que según nos dice  J.A.Santos Velasco que  estas representaciones no son de relleno si no que conforman el mundo simbóico de la divinidad femenina. Según Tortosa en 1998 las aves poseen un carácter religioso profundo.
 Según varios autores el estilo Elche –Archena queda desfasado, solamente tendríamos que mencionar el estilo Illici correspondiete a la Contestanía por no haber aparecido otros vasos semejantes fuera del territorio, excepto el fragmento de Badalona, separando las producciones de las de Archena, pero no es este nuestro caso en el que analizamos las aves de los distintos vasos, tanto de Illici, como Archena, Villajoyosa y Finestrat.
  Estos vasos  hallados en los diferentes yacimientos pertenecen al grupo de lo que llamamos representaciones  zoomorfas, en los que se encuentran  también otros tipos de animales en algunas ocasiones.
Está claro que podrían haber querido representar una paloma ya que este animal parece ser que era de carácter sagrado según varios hallazgos encontrados en diferentes lugares.
No representan algo que se les ocurriese, si no que hacen sus representaciones en plan estandart, sirviéndose de formas y motivos zoomorfos, vegetales y abstractos.
A. Tiemblo Marco nos dice que la diosa alada surge del mundo del más allá en un ademán de dominar las fieras, lo hace sin ningún tipo de esfuerzo, basta con una caricia o una rozadura para impulsar y dominar a la vez a los caballos en su epifanía conjunta: todo ello se manifiesta iconográficamente mediante la representación de un plácido rostro frontal, y el leve contacto de las manos de la diosa con los animales. Otra alusión a su carácter de “Señora de los Caballos” aparece en el mismo animal, es el correaje: el hecho de representar un animal con correaje manifiesta su domesticación o su dominio.
 F. García Hernández nos cataloga  las manifestaciones de  Tres formas:
a) De cuerpo entero, con las alas explayadas, semejando el momento de emprender el vuelo.
b) Prótomo de ave con las alas explayadas.
c) Alas pareadas.
a) Estas aves aparecen generalmente solas, como motivo decorativo principal, aunque a veces están en compañía de carniceros, caballos, conejos y peces. La más frecuente es la llamada por Nordstrom «ave idea, porque no responde a ninguna especie existente en España; presenta cuello y patas de águila y pico de grulla. El cuerpo aparece siempre de perfil o de tres cuartos; los ojos, generalmente en forma de CÍrculo reservado con un punto en el centro. En alguna ocasión pueden ser almendrados. Es el ave mas representativa del estilo.
b) El prótomo de ave está referido siempre al ave ideal. Aparece la parte superior del cuerpo y la cabeza; de la parte inferior del prótomo nacen dos alas explayadas. Aparece en muchos casos junto a aves completas.
c) El motivo de las alas pareadas respondería a una abstracción de las aves nombradas anteriormente y aparece con menos frecuencia.
Por otra parte, este motivo lo encontramos también en un vaso encontrado en Ampurias, procedente también del Sudeste.
     El motivo del ave que aparece en él pertenece sin duda a la zona del Sudeste, y más concretamente al taller de los pájaros de La Alcudia de Elche, yacimiento en el que está bien representado con idéntico tratamiento. No cabe duda de que una misma mano decora este vaso y otros que conocemos procedentes de La Alcudia de Elche.
Los fragmentos que estudiamos procedentes de Badalona (Barcelona), por fabricación, tipo de pasta, calidad pictórica, tratamiento decorativo y acabado de la pieza, pertenecen sin duda al grupo del Sudeste.
El hallazgo de estos vasos en una zona tan distante de su lugar de fabricación refleja la existencia de unas relaciones comerciales entre distintas áreas del mundo ibérico. En este punto cabe preguntarse si es un comercio movido por los íberos, o si por el contrario su promotor es el elemento foráneo.
La existencia de contactos comerciales entre diferentes zonas del mundo ibérico desde muy antiguo la tenemos comprobada en Ampurias, donde hay vasos procedentes de Andalucía, y que por estratigrafía pueden fecharse en el siglo v o IV a. C.u Probablemente en este caso juega un importante papel el elemento griego.
 
Con respecto al material de Badalona que estudiamos, creemos que hay que valorar adecuadamente la participación de otro tipo de influjo. La cronología de los típicos vasos decorados con aves de La Alcudia de Elche parece que puede colocarse entre finales del siglo III a. C. y mediados del siglo I a. C.14 De todos modos, sigue en vigor la discusión de este problema, ya que para algún autor el período que Ramos Folqués y Ramos Fernández denominan «ibérico II» o «ibérico-púnico»15 comenzaría dentro del siglo n a. C., llegando a la segunda mitad del siglo I a. C.

Sin entrar en el problema del contenido de estos vasos, podemos interrogarnos sobre su finalidad comercial. La decoración puede orientarnos a este respecto. En la primera fase, la decoración es rica, de bastante calidad y utiliza numerosos motivos combinados. Hay una preocupación por la vistosidad de la ornamentación. En cambio, en la segunda fase, los vasos se pintan con una cierta prisa, se cuida mucho menos la técnica y la calidad es inferior. Además, disminuye considerablemente la cantidad de motivos empleados y se tiende a emplear los más sencillos, sin el barroquismo anterior.
R. Montanya Maluquer nos dice que en la Península Ibérica, tras los sucesos de los años 154 al 133 a. C. (guerras celtibéricas), hay un largo período de paz y así es como un pintor de cerámica (el maestro de las águilas de La Alcudia de Elche) puede establecerse en La Alcudia y decorar vasos para abastecer el mercado, adquiriendo dichos vasos una tan amplia difusión.

Este autor plantea varias posibilidades como hipótesis:

1) Que sea una vajilla de lujo, comerciable por sí misma, independientemente de que en el momento de su exportación se utilice o no como envase para abaratar el transporte.
2) Que se trate de simples envases comerciales, utilizables posteriormente como vajilla.
En una segunda fase, podemos pensar que probablemente se trate de envases comerciales.
El mismo autor sostiene que este pintor que trabaja en La Alcudia no es más que uno de los diferentes decoradores de cerámica que estarían repartidos por toda el área ibérica en vías de romanización.
En cuanto al significado del ave en estos vasos, en los que estarían
depositados los restos óseos de un difunto tras su cremación, posiblemente represente a una diosa protectora de la vida y de la muerte, de la "renovación» y, por tanto, de la fecundidad que, con las alas desplegadas, protege al difunto mientras emerge de la tierra entre elementos vegetales y se eleva al cielo.
Otras veces esta diosa se muestra con apariencia humana mientras que otras se muestra como un pequeño pájaro emergiendo de una flor.
Ramos Folques cree que se tratara de una vajilla o mejor dicho, de un conjunto de piezas de cerámica pintada que, bien fueron decoradas formando serie para ser vendidas conjuntamente, o bien fueron hechas así por encargo del adquirente, o simplemente, productos de un taller que adoptó esta ornamentación.
Lurdes Prados Torreira dice que el  ave, símbolo de la divinidad femenina, sanciona con su presencia los ritos de paso.
La presencia de aves se documenta tanto en depósitos votivos y santuarios, como en necrópolis y “edificios singulares” en los poblados, donde posiblemente tengamos que ver aunadas las funciones de almacenamiento de excedentes, actividades artesanales, y en particular las de carácter textil dado su permanente asociación a elementos relacionados con los telares, junto a posibles rituales de diversa naturaleza.
P.Bosh Gimpera nos dice que las cerámicas de este estilo recuerdan mucho a las aves estilizadas de las mejores especies geométricas u orientalizantes antiguas griegas.
AI lado de la decoración de tipo geométrico hay que destacar la figuración zoomorfa. Se trata de las aves de largo pico, ojo circular y alas desplegadas que forman la imaginaria característica de las cerámicas Elche/Archena. Suelen asociarse a bandas, de las que surgen sus figuras y motivos vegetales, con los que a veces confunden sus rasgos. La cronología de estas cerámicas figuradas es en general  tardía, no anterior al siglo Ill a.C.. continuando al menos hasta el siglo I a. C. (Ramos Fernandez 1982).
El profesor Beltrán considera a este tipo de vasos como cerámicas destinadas a un uso ritual religioso y quizás funerario cuya relación con las mesas sepulcrales es indiscutible . Es tas mesas recibían ofrendas rituales dirigidas a una divinidad, la Gran Madre, protectora de las fuerzas vegetativas. Estas vasijas las considera procedentes del Mediterráneo Oriental, desde Persia, Siria, Troya, Chipre y Creta.
 En cuanto a las formas podemos decir que  la mayor parte de ellas son kalathos  o sombreros de copa de estilo ibérico, van seguidos  en cuanto al número, las tinajas o tinajillas y algún que otro oinochoe, tal como aparece en uno de la Alcudia.
El ave alada  era la imagen símbolo de una deidad femenina que en otras áreas del Mediterráneo recibió distintos nombres: Afrodita, Tanit, Demeter y Perséfone, pero en el caso de los iberos desconocemos cual sería.
La imagen de esta ave surge una y otra vez en contextos domésticos, religiosos y funerarios, en alusión a la divinidad femenina más extendida en ambientes de influjo púnico: Tanit, vinculada a la fertilidad.  Creemos que esta ave se puede tratar de una paloma ya que en el mundo ibérico esta ave tuvo un papel importante en Serreta (Alcoy, Alicante); como figuritas de bulto redondo en el mismo yacimiento y también en el Tossal de San Miguel (Líria, Valencia) y en El Cigarralejo (Mula, Murcia); junto a figuras femeninas o grupos de figuras en terracota en La Serreta y en la necrópolis de La Albufereta (Alicante).
Estas piezas corresponden a imitaciones de vasos realizados desde el siglo V a.C. en cerámica ática, etrusca y suditálica de Figuras Rojas y de Barniz Negro.
Si consideramos que el ave pintada en las cerámicas ibéricas es una paloma vemos que parece tener un papel de protección en el mundo funerario, pero se asocia a la diosa de la vida y la fertilidad. Los vasos con forma de paloma del mundo ibérico se distinguen a nivel formal de los ascos en sentido estricto por la presencia de otro orificio, además del de llenado, que es pequeño y se sitúa en el pico del ave.
En el Amarejo podemos observar dos vasos encontrados en forma de paloma, uno de ellos pintado con estampillas en forma de rosetas.
Tal vez los frecuentes vasos plásticos de terracota en forma de paloma, especialmente diseminados en el ámbito ibérico del sudeste peninsular, como el depósito votivo de El Amarejo o la necrópolis de Coimbra del Barranco Ancho (Jumilla, Murcia), son contenedor y vehículo del perfumeambrosía de la diosa. Los animales amamantan y transmiten también el alimento a los humanos.
La paloma es un animal de carácter favorable, benigno, muchas veces aparecen recipientes en forma de esta ave que servían para contener líquido destinado a las libaciones.
La paloma era la imagen símbolo de una deidad femenina que en otras áreas del Mediterráneo recibió distintos nombres: Afrodita, Tanit, Demeter y Perséfone, pero en el caso de los iberos desconocemos cual sería. La imagen de esta ave surge una y otra vez en contextos domésticos, religiosos y funerarios, en alusión a la divinidad femenina más extendida en ambientes de influjo púnico: Tanit, vinculada a la fertilidad. En el mundo ibérico la paloma tuvo un papel importante en los rituales religiosos y funerarios, sobre todo en las zonas de la península ibérica de mayor influencia púnica. A partir del siglo III a.C., con la presencia de los cartagineses, las influencias púnicas se acrecentaron y tuvieron su proyección en el mundo de las ideas y creencias, en el imaginario ibérico, donde la iconografía de la paloma aparece en diversos soportes: como aplique en una tapadera cerámica de La Serreta (Alcoy, Alicante); como figuritas de bulto redondo en el mismo yacimiento y también en el Tossal de San Miguel (Líria, Valencia) y en El Cigarralejo   (Mula, Murcia); junto a figuras femeninas o grupos de figuras en terracota en La Serreta y en la necrópolis de La Albufereta (Alicante). Asimismo se encuentra en escultura funeraria, como el pichón que sostiene en su mano la entronizada dama de Baza (Galera, Granada); en timaterios de bronce como el de La Quéjola (San Pedro, Albacete); en exvotos, sobre todo femeninos; en joyas, y es especialmente abundante en la pintura vascular de la fachada mediterránea peninsular.
Con cabeza de paloma, en la necrópolis de Cabezo Lucero, aparece un vaso plástico pintado en rojo.
Emeterio Cuadrado nos dice, que parece que la paloma era un ave especialmente grata a la divinidad que pensaban que se alimentaba de su carne y que los indígenas realizaban como ofrenda se cree que a la diosa Proserpina (deidad romana) o Perséfone (deidad griega) y eran percibidas como una especie profética, relacionada siempre con la armonía espiritual y la salud con carácter protector y benéfico. Estas palomas cerámicas son en la mayoría de los casos «askos» ibéricos con un orificio para echar un líquido y otro para la salida de las libaciones que debían tener un carácter funerario dentro de un complejo ritual religioso.
Otra característica en cuanto a las palomas es lo que los arqueólogos, investigadores y científicos llaman  sirenas que viene bien caracterizadas que no son ni más ni menos palomas pero con cabeza de mujer. La mayoría de las veces vienen representadas en el mundo funerario, es decir, en esculturas de los diversos túmulos funerarios, faltándoles a ellas la cabeza sobre todo la mayoría de las veces en que aparecen. Aquí reproducimos una reconstrucción del pilar estela encontrado en la necrópolis orientalizante del Corral de Saus. En dichos enterramientos se han encontrado una serie de fragmentos de vasos plásticos como colas de aves o sirenas que recuerdan mucho a  la cola de la sirena encontrada en el Amarejo y están igualmente pintadas. En esta misma necrópolis aparecen dos sirenas de piedra y un vaso decorado con seres fantásticos de apariencia similar.
Ricardo Olmos Romera nos dice que cabría la posibilidad de que se que se trata de sirenas en vez de palomas.
Probablemente fueron los colonos griegos los que introdujeron esfinges y sirenas en Occidente, ya que son seres mitológicos bien conocidos por ellos.
En el mundo funerario el ave se dota de pechos, se convierte en sirena para amamantar a los hombres, a los que arropará con el velo de sus alas.No debe extrañarnos, pues, que la diosa estante de La Albufereta afronte, asocie al niño con la paloma en su diestra, fiel transmisora de la diosa. Una devoción muy antigua, oriental e ibérica, enlaza estas figuras con la tradición de las damas sedentes con palomas.
R. Olmos nos dice que  la paloma puede estar representada por una divinidad femenina, cuyo nombre no sabemos, y que es la protectora de la fecundidad, de los campos y la agricultura, del ganado y los animales, de la mujer , del crecimiento de los hijos en cuanto se les promete un viaje al más allá u quizá de un posible retorno.
La divinidad nutricia coincide, en parte, con otra imagen más extendida, la dea frugífera de los pebeteros cerámicos en los que pican aves; y también con las palomas plásticas, tal vez contenedores de perfumes en terracota asociados a la divinidad que nutre y fecunda. Los sentidos de todas estas imágenes se relacionan: pebeteros y diosas curótrofas cumplen funciones diferentes, complementarias, el ofrecer a los hombres el alimento de la leche y el don de los cereales.
 El águila
 Entendiendo que este ave fuese un águila vemos que está, relacionada en el panteón griego con el cielo y el sol, es acompañante también de las almas, y suele ser la antitesis de la serpiente, relacionada con la tierra, y con la luna (según la tradición griega, la serpiente tiene los mismos anillos que días tiene la luna), ambos, símbolos por ejemplo de Démeter. El aguila, a saber, "acompaña" a los varones con que, a pie, conduce de las riendas a un caballo en una conocidísima ánfora ibérica de tres asas de La Alcudia.
La significación del águila unida a elementos vegetales ha sido objeto de muchas interpretaciones. Leglay propuso que el ave podría ser una especie de elemento protector. Garcia y Bellido propuso igualmente que el sentido del águila era estrictamente religioso.
Tendríamos aquí, por un lado, dos mensajes en una misma escena: el primer mensaje será el típico de transito hacia el mas allá, en donde el águila, entre las piernas del varón y del caballo, "guía" a ambos; por otro, un mensaje, perfectamente compatible con la heroización del varón en el camino fúnebre, gracias a la compañía del caballo.
AI lado de la decoración de tipo geométrico hay que destacar la figuración zoomorfa.  Se trata de las aves de largo pico, ojo circular y alas desplegadas que forman la imaginaria característica de las cerámicas Elche/Archena. Suelen asociarse a bandas, de las que surgen sus figuras y motivos vegetales, con los que a veces confunden sus rasgos. La cronología de estas cerámicas figuradas es en general tardía, no anterior al siglo Ill a.C.. continuando al menos hasta el siglo I a. C. (Ramos Fernandez 1982).
La significación del águila unida a elementos vegetales ha sido objeto de muchas interpretaciones. Leglay propuso que el ave podría ser una especie de elemento protector. García y Bellido propuso igualmente que el sentido del águila era estrictamente religioso.
 En el vaso del Más allá de Villajoyosa  se plasma, a la manera ibérica, una narración del recorrido y elementos que necesitaría el alma del íbero para llegar a su descanso eterno. Resalta la presencia de la paloma como animal “psicopompo” (conductor de almas), a su vez imagen-símbolo de la divinidad ibérica y que al mismo tiempo podría representar al alma del difunto. La unión del mundo de los vivos y del mundo de los muertos estaría simbolizada por la escalera de siete peldaños, que da acceso al Más Allá, y que aparece mencionada en textos de diferentes religiones antiguas.
En este destino ultraterreno representado en el “Vaso del Umbral del Más Allá”, la exuberante vegetación crece en forma de vides y hiedras, plantas muy relacionadas con la vida eterna, que se expanden sin límite para recrear un ambiente paradisíaco. Junto a ellas emerge un árbol que podría simbolizar el motivo oriental del árbol de la vida o los bosques que se representan en el imaginario greco-itálico para figurar los Campos Elíseos o los bosques de Perséfone, o Proserpina en el panteón romano, que se citan en la Odisea. En esta región, similar al paraíso cristiano, está separada del Hades o Inframundo (similar al infierno cristiano), habitaban los mortales afortunados que podían gozar de una vida eterna feliz.
La aparición sistemática de la paloma y de las aves en general y los más diversos elementos vegetales en complicidad con estas diosas habla claramente a favor de una versión ibérica del prototipo divino Astarté/Afrodita y Proserpina/Perséfone.
 J. Carlos Fernández nos dice que a Endovelico, dios de la Medicina, cura a sus pacientes a través de sueños y oráculos en los templos- sanatorios donde se le rinde culto. Su nombre ha sido traducido como el NEGRO-NEGRO, dado su carácter infernal o como el MUY- BUENO. Se le representa por el jabalí, la paloma y la corona de laurel, aunque tampoco se menciona su nobre. También  viene representado con una rama de pino y flanqueada por genios alados, uno de ellos con antorcha.
Tras todo lo expuesto es posible que los íberos adorasen a Dwayna, aunque como hemos dicho anteriormente, no hacían mención de su nombre,  que es la diosa de la curación, del aire, y de la vida, a menudo representada como una mujer joven, alta y delgada levantada del suelo por unas enormes alas con plumas. Ella es la líder de los Seis Dioses Humanos y sus escrituras tienen las fechas más antiguas de ellos. Sus más fieles devotos suelen ser los curanderos, y ayudar tanto a ricos como a pobres por igual.
El cuervo
Las aves representadas en toda la iconografía ibérica, incluso  se podría decir que fueran cuervos ya que según antiguas creencias  son los encargados de conducir el alma de los muertos hacia el otro reino, es decir, hacia  el Más Allá, utilizándose para ayudar a crear un ambiente misterioso.
El cuervo, de plumaje negro y brillante, es uno de los mayores paseriformes, es decir, uno de los mayores “pajarillos”. Su fuerte pico se corresponde con su voraz alimentación omnívora, dentro de la cual se encuentran la carroña y, en mucha menor medida, las pequeñas presas.
Entre los pueblos de la antigua Iberia existía la creencia, transmitida por autores como Eliano y Silio Itálico, y documentada también por la decoración pintada de algunas cerámicas numantinas, de que las almas de los que habían muerto durante las batallas ascendían a los cielos si sus cuerpos eran devorados por las aves carroñeras. Esta misión religiosa se encomendaba principalmente a los buitres, pero en ella participarían también los cuervos. Un dios céltico de la luz, Lugh, pudo haber tenido cierta relación con el cuervo, pues el vocablo galo “lugos” parece que designaba a dicho animal.
El cuervo en la tradición celta simbolizaba la batalla y la muerte. La Diosa Morrigu, "Reina de los Fantasmas" y Señora de la Guerra y la Fertilidad del Clan (es una Diosa con una fuerte connotación sexual), se transformaba a menudo en cuervo o corneja, profetizando la muerte en el campo de batalla y posándose en el hombro de los que agonizaban. El cuervo simboliza también los cambios que acontecen en nuestra vida, los cuales pueden ser positivos o negativos, pero que nos ayudan a crecer.
El cuervo nos habla de guerras y dificultades que hemos de superar, y de las que obtendremos crecimiento interno y espiritual. Pero el cuervo es también aquel que trae mensajes de los Dioses y del Otro Mundo.
Aunque el cuervo muchas veces se considere un mal augurio y un signo de guerra, de enfermedad o de muerte, en China Japón y Persia es un mensajero de los dioses y un símbolo del sol. En la leyenda nórdica, el dios Odín siempre está acompañado por dos cuervos. De acuerdo con la mitología de los nativos norteamericanos, la lierra fue creada por un cuervo que arrojaba guijarros para formar las islas en el mar.
Se puede señalar la existencia de cierta contraposición entre los simbolismos de la paloma y el cuervo, pues la imagen dulce de la paloma contrasta con el aspecto huraño del cuervo, el cual prospera con los cadáveres que dejan sobre el campo las guerras.
Es posible que los vasos  pintados y hallados con representación de algún ave que no fuese la paloma, pudieran corresponder a las tumbas de guerreros, ya que la mayoría de esta aves simbolizan el “espíritu de la guerra”, porque como hemos dicho hay aves, tales como los gallos que simbolizan a los soldados o guerreros.
Existe la creencia de que después de la muerte el alma abandona el cuerpo en forma de pájaro y, en consecuencia, el ave es un símbolo del espíritu. Los pájaros pueden ser mediadores entre los dioses y los hombres y actúan como mensajeros de la divinidad. En muchas religiones se habla de seres celestiales o espíritus alados: los ángeles, querubines y seralines. Las aves se pueden observar en el Árbol de la Vida, y a veces se representan luchando con una serpiente o llevándosela, para simbolizar el difícil equilibrio entre el sol (pájaro) y el agua (serpiente). En el arte cristiano, esta imagen simboliza la lucha entre el bien y el mal.
Aquí vemos algunas interpretaciones sobre cada una de las aves que  como se puede observar en los vasos hallados en los diferentes yacimientos teniendo cada una un significado diferente.
Como curiosidad, añadir que los cuervos siempre fueron unidos a lo sobrenatural no sólo por su color y sus hábitos carroñeros, sino también por su inteligencia y su capacidad para imitar sonidos,  y a veces hasta palabras.

Gorrión

En el Antiguo Testamento el gorrión aparece como símbolo de soledad, mientras que en el Nuevo representa la bajeza y la insignificancia No obstante, también se asocia con la lujuria y la fertilidad, y en la mitología griega con Afrodita, la diosa del amor. En Japón, el gorrión es un símbolo tradicional de lealtad, tal vez debido a su naturaleza sociable.

Golondrina

La golondrina, que con la llegada del tiempo cálido inicia su vuelo de vuelta hacia el norte, simboliza la primavera, la renovación de la vida y la fertilidad. Ya que la golondrina permanece casi siempre en el aire, en algunos lugares de Africa se considera símbolo de la pureza, pues no llena sus plumas de tierra al caminar sobre el suelo.

Halcón

El halcón es un símbolo del sol y de las fuerzas masculinas de la naturaleza, y posee particular importancia en la mitología egipcia, donde fue consagrado a Ra. También representaba una forma popular del dios Horus, Al igual que el águila, el halcón, con su fuerza y su alto vuelo, simboliza la libertad del espíritu, lo que explica su popularidad como ave de caza en Europa. En China se le atribuyen los poderes curativos del sol y también el poder destructivo de la guerra.

Gallos y gallinas

Durante mucho tiempo los gallos y las gallinas se han empleado en los rituales. Antiguamente se creía en sus poderes como talismán y se empleaban para desviar el peligro. En algunas partes se sacrificaban gallos para derramar su sangre y devolver la fertilidad a la tierra.
La gallina se suele ver como un símbolo del cuidado materno y de la protección. En el cristianismo, la gallina con sus polluelos representa a Cristo y sus fieles.

Gansos, cisnes y patos

Los gansos son aves solares. Se asociaban con muchos dioses griegos y romanos y se empleaban como guardianes de los templos, por ello simbolizan la vigilancia y el amor. En el hinduismo, el ganso es la montura del dios Brahma, mientras que en China y Japón se relaciona con la luna de otoño y es mensajero de buenas noticias. Cuenta el mito griego que Zeus se convirtió en un cisne para seducir a la bella Leda. El cisne también se asocia con Venus o Afrodita: su carroza atraviesa el aire tirada por cisnes. Para los nativos de Norteamérica, el cisne es un símbolo de la confianza y la sumisión. Se dice que la canción del cisne moribundo es un mensaje de alegría, ya que se encuentra en el umbral del más allá.  En las leyendas de los indios norteamericanos, el pato actúa como mediador entre el cielo y el agua, y fue una de las criaturas que ayudaron a renovar la tierra después del Diluvio. De acuerdo con la tradición hebrea, el pato simboliza la inmortalidad, mientras que en China y Japón representa la satisfacción. la felicidad en el matrimonio y la fidelidad.
El cisne era el ave sagrada de Afrodita/Venus y el ave solar de Febo/Apolo y tiene una significación amorosa relaciinada con la historia de Zeus/Júpiter que se convirtió en cisne para seducir a Leda.

Cigüeña

En el antiguo Egipto y en Grecia existía la creencia de que las jóvenes cigüeñas trataban a sus mayores con mucha amabilidad, por lo que simbolizaban el deber filial. En Europa, la cigüeña se asocia con la primavera y con el nacimiento. La cigüeña es junto con el águila y el ibis la destructora de los reptiles, esas criaturas cuyo significado es siempre funesto: por lo tanto. todo lo que las aniquila tiene carácter benéfico y solar. Pero de las tres aves. solo el águila sigue siendo enteramente solar. ya que el ibis y la cigüeña consiguen el sustento en los pantanos o a la vera de los ríos en el elemento liquido el cual se relaciona con la creación, pues la vida se origina en las aguas. Por lo tanto la cigüeña. por su estrecha conexión con el embrión es portadora de nueva vida: en primavera. y es siempre un signo de buen augurio.

Pavo real

Este pájaro real, con su cola en forma de abanico, es un símbolo del sol, y su cola circular representa la bóveda del cielo cuyos «ojos» son las estrellas. En el budismo, sus numerosos ojos simbolizan su vigilancia, aunque se cree que sus plumas traen mala suerte ,en forma de algún mal de ojo. En la India, el pavo real es la montura de Karttikeya, dios de la guerra. El pavo real corteja a la hembra con tanto orgullo que se le considera sinónimo de la vanidad.

Urraca

La urraca es un ave de mal agüero en Occidente, donde sus graznidos anuncian problemas entre marido y mujer. En Oriente, se considera un mensajero de la alegría, y su grito anuncia la llegada de un huésped agradable. Dos urracas juntas simbolizan felicidad marital.
Al igual que el cuervo, la urraca,  también es capaz de articular sonidos y palabras

Buhos y Lechuzas

Estas aves nocturnas, tanto el buho como la lechuza eran aquellas que  guían las almas al Otro Mundo. La lechuza era un ave consagrada a Juno al igual que la lechuza, símbolo de la oscuridad y la muerte. Tipifican el poder profético y la sabiduría.

La Grulla

La grulla que es también un ave de las aguas. tiene un vasto simbolismo en Oriente. Es un ave de linaje solar. mensajera de los dioses. e intermediaria entre el cielo y la tierra. Conduce las almas al Paraíso y significa longevidad, vigilancia, prosperidad y autoridad. En la mitología céltica, es el ave sagrada del soberano del mundo subterráneo y anuncia guerra y muerte.

LOS VASOS DE AZAILA
Teniendo en cuenta el proceso orientalizante de todos los pueblos de la celtiberia, los vasos de Azaila se pueden interpretar de la siguiente manera, según los simbolismos de los pueblos orientales.
En uno aparecen palomas, las cuales nos expresan signos de benevolencia  y  una señal  hogareña de la persona incinerada. En otro  vaso se ven gallos que representan el carácter  de devolver a la tierra lo que es de ella, para la fertilidad y la procreación, Si aparece una lechuza o un buho significa que esta persona tenía  poder y sabiduría. Cuando aparece una grulla anuncia guerra y muerte, considerando  así, que este vaso en el que aparece dicha ave pudiera pertenecer a un guerrero.


sábado, 3 de diciembre de 2011

ERCAVICA




Su ubicación exacta se desconoce aunque muchos historiadores consideran que se trata del yacimiento de el Castro de Santaver , en el término municipal de Cañaveruelas.
Se nos habla poco de ella y algunas fuentes nos dicen que tras cinco días de asedio y cerco a la población, tuvieron, al final que pactar con los romanos, siendo premiada por estos por su acción en el 179 a de C, que fue cuando se destruyó o se tomó la fortaleza más importante de los olcades Althia. 
La ciudad ibero-romana de Ercavica (Cañaveruelas, Cuenca) se ubica en un cerro alargado en sentido norte-sur conocido como el Castro de Santaver, que, a modo de península, se eleva sobre la margen izquierda del río Guadiela, afluente del Tajo. El cerro, a 820 m. s. n. m., ofrece una excelente posición estratégica, con un destacado control visual sobre su entorno, situándose en sus inmediaciones el tramo de la calzada que unía Segobriga y Segontia, de gran interés pues comunicaba las ambas submesetas.
La monumentalidad y entidad de los espacios y edificios públicos de Ercávica, la singularidad de sus vías porticadas, la regularidad de su entramado urbano, el conjunto de edificios residenciales, conforman la imagen de una ciudad próspera y romanizada.
     Siempre según Osuna (1997: 171 y 184), tales construcciones, que él tiene por prerromanas, «se han hecho en una zona que fue basurero y en donde han sido hallados materiales pre y protohistóricos, así como de los siglos II-I a. C., donde abundan las cerámicas pintadas, griegas, campanienses, paredes finas y en menor proporción, aretinas, así como algún epígrafe ibérico y una gran diversidad de objetos de lo más variado», materiales de amplia cronología que, con la excepción de los supuestos productos griegos, resultan semejantes a los documentados en la Campaña de 1998, en contextos nunca anteriores a mediados del siglo I a. C.
Asimismo, la existencia de áreas arqueológicas de diferentes características y naturaleza permite ofrecer una visión de conjunto de los diversos componentes de una ciudad romana al visitante. A todo ello se suma la buena conversación de los restos arquitectónicos, como algunos alzados con alturas de más de dos metros.
 
El Foro: Complejo arquitectónico monumental, que constituía la plaza pública y el centro cívico de la ciudad, integrado por los edificios propios de un municipio: la Basílica, la Curia y otras dependencias municipales. En el lado oriental de la plaza se articula el desnivel del terreno con un espléndido Criptopórtico, mientras que en su lado occidental una serie de tabernae (locales de diverso uso), flanquean el Cardo Máximo.
Urbanismo: Se han documentado diferentes tramos de calles empedradas y porticadas (cardines y decumani), que delimitan manzanas (insulae) regulares, definiendo la trama urbana ortogonal de la ciudad. Éste constituye un ejemplo privilegiado de urbanismo romano en el centro de la Península.
     La noticia de mayor antigüedad sobre Ercavica se remonta al primer cuarto del siglo II a. C., cuando la ciudad, calificada como nobilis et potens civitas, se rindió a T. Sempronio Graco el 179 a. C. (Livio 11, 50, 1). Ptolomeo (2, 6, 57), por su parte, menciona dos ciudades con ese nombre, una entre los Celtíberos y otra entre los Vascones. Con la ciudad celtibérica se han vinculado las monedas con la leyenda en alfabeto ibérico erkavika, aceptando de forma general la ubicación de esta ceca, así como de la ciudad citada por las fuentes, en el Castro de Santaver, solar de la ciudad romana del mismo nombre, asumiendo por tanto la continuidad topográfica entre ambas entidades urbanas, sin otros argumentos que el hecho de utilizar ambas el mismo topónimo.
     La escasa entidad de los materiales aparecidos en el Castro de Santaver con cronologías anteriores a la segunda mitad del siglo I a. C., unido a la existencia de un importante yacimiento con entidad urbana a pocos kilómetros aguas arriba del Guadiela, desaconseja ubicar el núcleo celtibérico en el solar donde se levanta la ciudad romana, en la que, con la excepción de algunos raros materiales pertenecientes a la Edad de Bronce o de cerámicas celtibéricas de amplia cronología, los contextos significativos más antiguos remiten a época tardorrepublicana, hacia la segunda mitad del siglo I a. C., llegando hasta época augustea temprana.
     El desarrollo urbanístico de la ciudad comenzaría en época de Augusto, cuando debió programarse su monumentalización, de modo semejante a lo identificado en otras ciudades del entorno, como Segobriga o Valeria. Con dicho programa cabría relacionar, igualmente, la construcción de la muralla. La construcción de una obra de tal envergadura podría tener que ver, tal como se ha señalado para Segobriga, con la obtención por parte de la ciudad del estatus municipal, lo que debió de producirse durante el principado de Augusto.
     Plinio (N. h. 3, 24) proporciona información sobre el estatuto jurídico de la ciudad en fecha anterior al año 12 a. C., incluyendo a Ercavicaentre los municipios del Conventus Caesaraugustanus que denomina latini veteres, esto es, municipios de derecho latino cuyo privilegio sería anterior al otorgamiento general del ius Latii en Hispania por Vespasiano. El rango municipal de la ciudad, adscrita a la tribu Galeria, es indicado por las leyendas monetales desde las emisiones de Augusto, que se sitúan a partir de los años 17-15 a. C., (11-10a. C., según otros autores). Por su parte, la presencia de magistrados municipales (IIviri) está documentada por la epigrafía desde la época de Tiberio. Con el programa de monumentalización augustea cabe relacionar, también, la organización del conjunto foral, aunque la actividad edilicia se mantendría en época julio-claudia, momento en el que se construirían las Termas de la ciudad. La pujanza de Ercavica durante este período queda puesta de manifiesto por la numismática, ya que el municipio ercavicense fue centro emisor de moneda durante los reinados de Augusto, Tiberio y Calígula.
Tampoco deben considerarse las monedas de cecas ibéricas y celtibéricas recuperadas en el Castro de Santaver en número reducido (Gomis, 1995: 101 s.) como un argumento sobre la antigüedad de la ciudad, pudiendo ser interpretadas como una muestra de la circulación residual existente en la zona en la segunda mitad del siglo I a. C., similar a lo identificado en otras ciudades de la zona, como Segobriga (Almagro-Gorbea y Abascal, 1999: 

160).
     Osuna (1993: 19 y 1997: 170 s.) se refiere, asimismo, a la existencia de una necrópolis, actualmente bajo las aguas del pantano de Buendía aunque su localización exacta sea desconocida, en la que en 1992 se recuperó un lote de cerámicas griegas pertenecientes a talleres del siglo V a. C. como Saint Valentin, Fat boy o áticas de barniz negro. La falta de materiales de cronología similar en el Castro de Santaver, así como el fuerte desnivel y la distancia existente entre éste y la zona donde al parecer se localizaría la necrópolis, desaconseja la vinculación entre ambos yacimientos, frente a lo sugerido por Osuna, para quien se trata de «la necrópolis de la Ercávica prerromana». Tampoco parecen aceptables otras propuestas (Burillo, 1998: 221 s.) que consideran la posibilidad de que dicha necrópolis pudiera depender de otro núcleo prerromano próximo, interpretado como la Ercavica indígena, dada la excesiva distancia, como se verá a continuación, existente entre ambos.
     La existencia de un importante yacimiento prerromano con entidad urbana a sólo 6 km. aguas arriba del Guadiela, en el término municipal de Alcocer (Guadalajara) ya había sido advertida en diferentes ocasiones (Bendala et alii, 1987: 132; Fuentes, 1993: 173 s.; Burillo, 1998: 232). El lugar, conocido como La Muela (Alcocer, Guadalajara), se localiza en la margen derecha del río, ocupando una extensa península amesetada, de superficie prácticamente llana, ligeramente basculada hacia el sureste, con una superficie de unas 37 ha. Presenta marcados desniveles hacia el río, situado al sur, destacando apenas del terreno hacia el norte (figs. 1 y 2). Su proximidad a la Ercavica romana, en la margen contraria, permite sugerir su identificación con la ciudad indígena epónima.
  Tal ubicación responde a lo que Burillo (1998: 258 ss.) ha denominado «ciudades de llano», en las que las cualidades defensivas del terreno no priman al elegir el emplazamiento. Dichas ciudades surgen en el Valle Medio del Ebro con posterioridad a las Guerras Celtibéricas, teniendo como ejemplos de las mismas, la Bilbilis celtibérica, en Valdeherrera
 Referencias a la ciudad:
-Las fuentes antiguas:
La noticia más antigua conocida sobre la ciudad de Ercavica la proporciona Tito Livio, en relación con la conquista romana del siglo II a. C., al referirse a la campaña de Tiberio Sempronio Graco en el 179 a. C., indicando que éste se dirigió a Ercavica, nobilis et potens ciuitas, que tras cinco días de resistencia se rindió los romanos, temiendo lo sucedido a otros pueblos vecinos. No obstante, tras la retirada de las tropas romanas, los de Ercavica se sublevaron, siendo finalmente derrotados por Graco en una gran batalla librada contra las ciudades celtibéricas, cerca del Mons Chaunus.
Las restantes noticias de las fuentes literarias se refieren ya a la ciudad romana, señalando Plinio su adscripción jurídica al Conuentus Caesaraugustano, y apuntando Ptolomeo la existencia de dos ciudades de nombre Ercavica, una entre los Celtíberos y otra entre los Vascones.

-La numismática: Se conocen sólo unas treinta monedas, sin procedencia, con la leyenda en alfabeto ibérico erkavika, pero sus características metrológicas y estilísticas lleva a reconocerla como ceca celtibérica. Se acepta la existencia de dos emisiones monetales en bronce, habiendo diferencias entre los autores en su atribución cronológica, ya que unos sitúan estas emisiones en la segunda mitad del siglo II a. C. y otros las llevan a mediados del siglo I a. C. Las monedas de cecas ibéricas y celtibéricas recuperadas en el Castro de Santaver, en número reducido, no ofrecen un argumento contundente sobre la antigüedad de la ciudad, ya que pueden ser interpretadas como una muestra de la circulación residual existente en la zona, en la segunda mitad del siglo I a. C., similar a lo identificado en otras ciudades próximas, como Segobriga.
No obstante, sí parece aceptada la identificación de la ciudad, citada por Livio, con la ceca celtibérica de erkavika, pero no tanto su localización, ya que aunque se suele considerar como más probable su reducción al Castro de Santaver, otros autores creen que la ciudad debe buscarse en la margen derecha del Ebro, identificando la población vascona, mencionada por Ptolomeo, con la citada por Livio y con la ceca indígena.